Nos cuesta muchas veces comprender el porque no recibimos respuestas....mas difícil es sentir el silencia de Dios ante nuestras preguntas y/o necesidades
“Mas El no respondió palabra” Mateo 15:23
“El callará de amor” Sofonías 3:17[color:1e67=blue:1e67]
Puede ser que algún hijo de Dios que está leyendo estas palabras haya pasado por alguna terrible aflicción, alguna desilusión amarga y haya recibido algún descorazonamiento de alguna parte complejamente inesperada. Puede ser que estés deseando que la voz del Maestro te diga: “Toma aliento”, pero en vez de esto sólo te encuentras con el silencio y en un estado de miseria y misterio.
“El no le respondió ni una palabra”… La ternura del corazón de Dios sebe ser herida al escuchar las tristes quejas que se elevan de nuestros corazones débiles e impacientes, porque no nos damos cuenta que si él no nos contesta es por nuestro bien y para nuestro bienestar espiritual. El silencio de Jesús es tan elocuente como su palabra y puede ser no una señal de rechazo, sino de su aprobación y de un profundo propósito de bendición para ti.
“¿Por qué te abates, oh…alma mía? Aún tú lo alabarás a él, aún por su silencio. Presta atención a una antigua historia muy interesante que nos relata la forma como una cristiana vio a otras tres en oración. Al arrodillarse, el Maestro se acercó a ellas. Cuando se aproximó a la primera, se inclinó hacia ella con mucha gracia y ternura y con una sonrisa llena de su esplendoroso amor le habló con el acento más puro y melodioso.
Al dejarla, pasó a la segunda y lo único que hizo fue colocar su mano sobre su inclinada cabeza y darle una mirada de aprobación amorosa.
Por la tercera pasó precipitadamente sin detenerse para mirarla, ni para decirle ni una sola palabra. La mujer se dijo en su sueño: “Cuanto debe amar a la primera, a la segunda le dio su aprobación, pero no las señales de amor que le dio a la primera. La tercera debe de haberlo afligido profundamente, porque él no le dijo ni una sola palabra, ni la miró al pasar. “Se preguntó, qué es lo que ella habría hecho y ¿por qué hizo él tanta diferencia entre las tres? Al tratar de dar razones por la forma de actuar de su Señor, El mismo se puso a su lado y dijo: “¡Oh Mujer!” qué erróneamente me has interpretado. La primera mujer arrodillada tiene necesidad de todo el peso de mi amor y mi cuidado para guardar sus pies por mi sendero estrecho. Ella necesita mi amor, mis pensamientos y ayuda a cada momento del día. Sin ello, fracasaría y caería. “La segunda” tiene una fe más robusta, y un amor más profundo y puedo confiar que ella confía en mí, suceda lo que suceda y que la gente haga lo que haga.
“La tercera” a quien parecía que no percibí y descuidé, posee una fe y un amor de la cualidad más refinada, y la estoy entrenando por medio de procesos rápidos y drásticos para el servicio más elevado y santo. “Ella me conoce tan íntimamente y confía tan por completo en mi, que no tiene necesidad de palabras, miradas o insinuaciones exteriores para mi aprobación. Ella no desmaya, ni se desalienta por ninguna circunstancia que yo le prepare para que la atraviese”. Ella confía en mi cuando el sentido, la razón y el instinto más fino del corazón se rebela; ella sabe la explicación de lo que hago, lo comprenderá después.
“Yo guardo silencio en mi amor, porque amo más de lo que las palabras pueden expresar, o de lo que el corazón humano puede comprender y también por amor hacia vosotros, para que aprendáis a amarme y confiar en mi como enseña el Espíritu, para que respondáis espontáneamente a mi amor sin el estímulo de ninguna señal exterior”
“El obrará maravillas” si aprendes el misterio de su silencio y alabas a El cada vez que El retira de sus dádivas para que conozcas mejor al dador…
Espero que sea de bendición para ustedes como lo fue para mí.
Mary Este articulo fue extraído de
http://www.misionvida.org/tele/reporte.htm